viernes, 20 de octubre de 2017

Información Ruta de Alfoso XIII

CRONICA DE LA ETAPA DE ALFONSO XIII

Día 23 de junio de 1.922. Casares de Las Hurdes – Las Mestas.

Otro instante del viaje de Alfonso XIII a Las Hurdes, retratado por Pepe Campúa al salir de una de las viviendas de dichaHombres, niños y mujeres enfermos llegaron muy temprano al campamento de Casares. El Dr. Varela, en presencia del Rey, realizó un examen médico a cada uno de los visitantes que se acercaron a las tiendas donde pernoctaba el rey. El cura de Casares, que había presidido momentos antes una comisión para solicitar del Rey mejoras en Vegas, recibió 900 pesetas con destino a los pobres y una cantidad de quinina para los palúdicos.

Minutos antes de las nueve de la mañana, y entre grandes aclamaciones, don Alfonso ascendió por el puerto del Carrascal con dirección a Cabezo, acompañado por el Ministro de la Gobernación, el Conde de la Romilla, el doctor Marañón y otras personas de su séquito.

Después de contemplar el panorama desde un punto en que se divisaban todas Las Hurdes, Las Batuecas, la Sierra de Francia y Candelario, descendieron por el lado opuesto de la montaña, a pie. Momentos antes de llegar a la alquería de Riomalo, el Rey se sentó sobre unas piedras para descansar un momento, que aprovecharon los vecinos para acudir a recibir al Monarca y exponerle sus problemas.

En aquellos contornos vivían unas sesenta familias muy difícilmente ya que la tierra era apenas aprovechable, lo cual les obligaría a trasladarse a otros lugares. Dice un cronista que la entrada en Riomalo fue conmovedora: “hombres, niños y mujeres rodeaban al Rey. Algunas personas le besaban las manos y llorando le decían que nunca hubieran podido creer que el Monarca pudiese llegar hasta allí por la dificultad del viaje”.

En la alquería de Ladrillar, la mayor y más próspera de Las Hurdes, aguardaba al Rey el Obispo de Coria. Don Alfonso entró en la iglesia bajo palio. Un coro de niñas cantó el himno del Congreso Eucarístico. En casa del cura párroco, se sirvió un refresco que el Rey y su séquito agradecieron especialmente, porque el calor era en aquellos momentos como un azote de fuego. Mientras el Monarca tomaba su limonada, el cura párroco le habló de un libro sobre la Historia de Las Batuecas que había escrito, a lo cual respondió el Rey que lo consideraba interesante y lo publicaría por su cuenta.

Aún quedaba mucho camino por recorrer, y don Alfonso se despidió del pueblo entre vítores. La marcha bajo aquel sol de mediodía fue muy dura. A la una de la tarde llegaron a Cabezo, donde la mayoría de sus habitantes vestían el traje del Campo Charro; el recibimiento fue más que entusiasta. A la salida de la iglesia, donde se cantó un Tedeum, se acercó al Rey una mujer para rogarle que uno de los médicos que le acompañaban visitase a su marido que se hallaba enfermo. En la crónica de ABC se dice: “el doctor Marañón vio al enfermo y dijo que se trataba de una pulmonía; recetó, y al despedirse de la mujer, ésta intentó darle 10 céntimos”.

Alfonso XIII retratado por Pepe Campúa en Las Hurdes mientras organizaba el reparto de alimentos, en el viaje que realizó junto al Doctor Marañón

Y otra vez se puso en marcha la comitiva para detenerse en un lugar pintoresco de las afueras, donde aguardaba el convoy. Al almuerzo, que se sirvió bajo frondosos árboles, invitó el Rey a los jefes y oficiales del 19 Tercio de la Guardia Civil. En el curso de la comida el Monarca recibió un telegrama con la noticia de que el Mariscal Wilson había sido asesinado en Londres.

Antes de continuar la excursión, el párroco de El Cabezo recibió 1800 pesetas con destino al vecindario necesitado, así como 60 cajas de quinina para los enfermos de Riomalo de Arriba y Ladrillar. En Las Mestas, Tedeum, refresco y conversación con las autoridades locales, cuyo alcalde vestía el traje típico de Salamanca. El Rey hizo grandes elogios del Obispo de Coria y de la misión evangélica que viene realizando en Las Hurdes. Antes de despedirse, el Monarca entregó 1.000 pesetas para los pobres.

Senda de Alfonso XIII Sendero PR - CC 212

Mirador de las Carrascas-Riomalo de Arriba-Ladrillar-Cabezo-Las Mestas.

La ruta lógica seria empezar en Casares de Las Hurdes (600 mts. altitud), nosotros la empezaremos en el Mirador de Las Carrascas (1.200 mts de altitud), desde donde podemos contemplar magníficas vistas panorámicas del valle del río hurdano y del río Ladrillar, así como la Sierra de la Granjera, Sierra de las Mestas y Lomo del Cordón, nos hemos quitado 3.5 Kms. y 600 mts de desnivel en positivo.

Empezaremos la ruta por un sendero en descenso, entre vegetación de monte bajo y castaños, vamos cubriendo ruta para llegar a la alquería de Riomalo de Arriba (800 mts. altitud), típica por su arquitectura de piedra y pizarra. Salimos del sendero para coger pista de tierra hasta llegar a la fuente de entrada al pueblo.

Después de contemplar la arquitectura Hurdana, cogemos ruta de nuevo por la carretera que nos lleva a Ladrillar, y a 1 kilómetro, enlazamos por la derecha, con el sendero de tierra junto al río, recorrido prácticamente llano entre vegetación de ribera y cultivos locales. En 45 minutos más o menos nos encontraremos en Ladrillar (700 mts. altitud).

Saliendo de Ladrillar por la carretera, a unos 300 metros, por la izquierda, iniciamos el siguiente tramo que nos conduce a Cabezo. Este tramo requiere la tranquilidad del senderista para disfrutar de un paisaje espectacular. Subiendo poco a poco, por camino empedrado en algunos tramos, encontrándonos varios arroyos, olivos y huertos. Seguimos camino hasta un mirador construido de madera que nos permite recrearnos con las vistas que nos ofrece la naturaleza. Rápidamente nos encontramos con una pasarela de madera para sortear el cauce de un arroyo, con una fuente en la entrada. En ascenso y vegetación de castaños, algunos enebros y monte bajo hasta una cueva con una virgen y una pequeña fuente por debajo del camino (1000 mts. altitud).

De nuevo en el camino, para descender progresivamente por una senda que habilitada en tramos de pedriza hasta llegar al arroyo denominado “la cabrera”. La bajada hay que hacerla zigzagueando entre encinas. De nuevo un merendero de madera en el paraje denominado “la silla del corro”. Al llegar por debajo del “risco gordo”, divisaremos el pueblo de Cabezo que descenderemos entre pinares, llegando al depósito de captación de agua (650 mts altitud), donde se inicia la pista forestal que nos conducirá hasta Las Mestas.

Nos queda el último tramo que discurre en su totalidad por pista forestal, con un recorrido de 5 kilómetros. Observamos en el recorrido huertos, olivares y pinares. Ya llegando a la localidad de Las Mestas (500 mts de altitud)., al final de la pista, bajaremos tranquilamente por un cortafuegos, y al final del mismo cogemos un descenso a la derecha que nos lleva zigzagueando hasta detrás de un complejo turístico y a la carretera de acceso a la localidad, donde nos encontraremos un chiringuito con piscina natural para darse un baño y unos pasos más adelante una fuente y merendero.

TIPO DE RUTA: Lineal

DISTANCIA: 20 Km.

DIFICULTAD: Media-Baja

ACUMULADO POSITIVO: 550 Mts.

ACUMULADO NEGATIVO: 1.200 Mts.

Mercedes y Carlos

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